La
diferencia entre realismo mágico y maravilloso
LAS DIFERENCIAS ENTRE EL REALISMO MÁGICO Y LO REAL MARAVILLO ES:
En el realismo mágico, se plasma un mundo totalmente realista en el cual de repente sucede algo inverosímil, como en el cuento de Quiroga cuando un colono acostumbrado a luchar contra la naturaleza se cae sobre su machete cruzando la cerca de alambre de púa. El detalle mágico realista es que mientras agoniza, no siente absolutamente nada de dolor y no se ve ni una gota de sangre y la naturaleza queda totalmente tranquila, impasiva.
En cambio, lo real maravilloso no es una tendencia internacional ni tiene límites cronológicos. Proviene de las raíces culturales de ciertas zonas de la América Latina, raíces indígenas y africanas que pueden manifestarse tanto en la literatura colonial como en las novelas de Alejo Carpentier y de Miguel Ángel Asturias. Mientras el realismo mágico se distingue por su prosa clara, precisa y a veces estereoscópica, la de lo real maravilloso luce un barroquismo o sea una prosa superadornada. Para el autor mágico realista, el mundo es un laberinto donde las cosas más inesperadas, más inverosímiles (sin ser imposibles) pueden ocurrir del modo más anti dramático. Para los que practican lo real maravilloso, sus personajes indígenas o negros de Guatemala, Cuba o el Brasil creen en los aspectos mitológicos o espirituales de su cultura.
Según Lukavska, a diferencia del realismo mágico, lo “real maravilloso” fue formulado por un escritor (Alejo Carpentier (1904-1980) en el prólogo de su novela El reino de este mundo (1949)) y no por un teórico (Franz Roh).
En Pedro Páramo y Cien años de soledad el tratamiento fenomenológico de la realidad hace innecesario el uso de explicaciones en torno a los sucesos extraordinarios: «presentismo» narrativo o «narración pura» satisfacen plenamente los requisitos mágico realistas. Carpentier, sin embargo, tiende a «justificar», más que a «naturalizar», lo extraordinario. La «fe» narrativa que practica el escritor cubano es en su novela una suerte de justificación textual, de construcción de universos de sentido, que permiten normalizar la percepción de lo extraño desde la racionalidad, desde la credibilidad y la verosimilitud que proporcionan los distintos argumentos (blancos/negros) en cada momento concreto de la narración.
Así, mientras que el racionalismo mágico… suspende el juicio… o se abstiene en cualquier caso de valorar e interpretar la realidad, Lo real Maravilloso plantea el discurso narrativo desde la «reflexividad», la lógica y la argumentación explicativa.”
En el realismo mágico, se plasma un mundo totalmente realista en el cual de repente sucede algo inverosímil, como en el cuento de Quiroga cuando un colono acostumbrado a luchar contra la naturaleza se cae sobre su machete cruzando la cerca de alambre de púa. El detalle mágico realista es que mientras agoniza, no siente absolutamente nada de dolor y no se ve ni una gota de sangre y la naturaleza queda totalmente tranquila, impasiva.
En cambio, lo real maravilloso no es una tendencia internacional ni tiene límites cronológicos. Proviene de las raíces culturales de ciertas zonas de la América Latina, raíces indígenas y africanas que pueden manifestarse tanto en la literatura colonial como en las novelas de Alejo Carpentier y de Miguel Ángel Asturias. Mientras el realismo mágico se distingue por su prosa clara, precisa y a veces estereoscópica, la de lo real maravilloso luce un barroquismo o sea una prosa superadornada. Para el autor mágico realista, el mundo es un laberinto donde las cosas más inesperadas, más inverosímiles (sin ser imposibles) pueden ocurrir del modo más anti dramático. Para los que practican lo real maravilloso, sus personajes indígenas o negros de Guatemala, Cuba o el Brasil creen en los aspectos mitológicos o espirituales de su cultura.
Según Lukavska, a diferencia del realismo mágico, lo “real maravilloso” fue formulado por un escritor (Alejo Carpentier (1904-1980) en el prólogo de su novela El reino de este mundo (1949)) y no por un teórico (Franz Roh).
En Pedro Páramo y Cien años de soledad el tratamiento fenomenológico de la realidad hace innecesario el uso de explicaciones en torno a los sucesos extraordinarios: «presentismo» narrativo o «narración pura» satisfacen plenamente los requisitos mágico realistas. Carpentier, sin embargo, tiende a «justificar», más que a «naturalizar», lo extraordinario. La «fe» narrativa que practica el escritor cubano es en su novela una suerte de justificación textual, de construcción de universos de sentido, que permiten normalizar la percepción de lo extraño desde la racionalidad, desde la credibilidad y la verosimilitud que proporcionan los distintos argumentos (blancos/negros) en cada momento concreto de la narración.
Así, mientras que el racionalismo mágico… suspende el juicio… o se abstiene en cualquier caso de valorar e interpretar la realidad, Lo real Maravilloso plantea el discurso narrativo desde la «reflexividad», la lógica y la argumentación explicativa.”
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